La celebración del Día de la Madre parece haber empezado con los antiguos Griegos y Romanos quienes hacían festivales en primavera para honrar la madre de sus dioses, Rhea para los Griegos y Cybele para los Romanos.
Los Cristianos también tenían una celebración para honrar a María, la madre de Jesús, que tenía lugar el cuarto Domingo de Cuaresma. En los años 1600 Inglaterra expandió esta ceremonia religiosa para incluír todas las madres y ese día se conoció como el Domingo de la Madre.
En los Estados Unidos, Anna Jarvis es la mujer principalmente responsable por la campaña que logró que el Día de la Madre fuera una fiesta nacional oficial. La madre de Anna, quién murió el 10 de Mayo de 1905, había intentado establecer "Días de Amistad de la Madre" al final del siglo 19 para ayudar al país a reconciliarse después de la guerra civil.
El 10 de Mayo de 1908, 3 años después de la muerte de su madre, se hizo un servicio en la Iglesia Andrews Metodista y Episcopal en Philadelphia para honrar a las madres tanto vivas como fallecidas. Anna estaba decidida a tener el Día de la Madre reconocido como una fiesta nacional y en 1914 el Congreso pasó una resolución proclamando el segundo Domingo en Mayo como el Día de la Madre.
Anna es también responsable por otra tradición del Día de la Madre. Ella envió miles de claveles para que se los dieran a las madres participando en los servicios del Día de la Madre que ella empezó en Phildelphia. Se usaron claveles rojos para honrar a las madres vivas, y clavesles blancos (que eran la flor favorita de su madre) para honrar a las madres ya fallecidas.